Antes de hablar de la caída del precio del petróleo creo que debería explicar qué es un contrato de futuro para que esto se entienda mejor. Un contrato de futuros es un acuerdo entre dos partes en el que intercambian un activo a una fecha futura y a un precio determinado. Si se da el vencimiento del contrato te quedas con dicho activo, pero se suele utilizan para especular sobre los precios de dichas materias primas y obtener plusvalías al igual que con las acciones. En definitiva, son productos derivados altamente especulativos. Algunos inversores de renombre, tales como Warren Buffet o Peter Lynch, opinan que los futuros y las opciones deberían ser ilegalizados
El petróleo lleva ya tiempo desplomándose por culpa de la crisis actual que sufrimos por razones obvias: el mundo está parado y no hay demanda de crudo. El pasado lunes día 20 de abril el conglomerado de crudos estadounidenses WTI (West Texas Intermediate) sufrió una caída el precio de los contratos de futuros que osciló desde los US$18 por barril hasta los US$-35,22. Se podría decir que te estaban pagando por comprar petróleo con tal de quitarlo de en medio. Impresionante. Otro motivo de peso para este histórico suceso se debe a que los contratos de petróleo para mayo (recuerda que hemos dicho que estos contratos se establecen con un plazo a futuro) terminaban al día siguiente y el pánico se apoderó del mercado, propiciando así esta brutal caída.
Cierto es que los productores de petróleo han llegado a ciertos acuerdos para recortar la producción en un 10%, cifra completamente insignificante teniendo en cuenta que no existe apenas demanda y que sería necesario reducir mucho más la producción para que esta medida tuviese algún efecto tangible. En este punto la solución debería ser muy simple: parar la producción de petróleo hasta que la situación vuelva a la normalidad. El gran inconveniente de este planteamiento es que cerrar un pozo petrolífero cuesta mucho dinero y reabrirlo también. Es posible que esto provoque la quiebra de algunas empresas petroleras y sea necesario rescatarlas con dinero público si la situación se alarga en el tiempo más de lo necesario. Todavía no sabemos todo lo que está por venir.
Tras leer esto, los más avispados estarán pensando en salir corriendo a la gasolinera y llenar el tanque, lamento decepcionaros de nuevo pero el precio se mantiene prácticamente igual. ¿A qué se debe esto? Bien, en resumidas cuentas a los impuestos. El precio de la gasolina se corresponde un 40% la materia prima, un 50% a los impuestos del Estado y el 10% restante a costes de distribución y transporte. Este gravamen en el precio hace que actúe como un suelo en su precio y que no baje apenas a pesar de ver semejante caída en el crudo. Además, las gasolineras saben muy bien lo que hacen, si el precio al que ellas compran el petróleo baja y lo siguen vendiendo al mismo precio aumentan sus beneficios. Por el contrario, cuando el petróleo sube la gasolina se dispara. Curioso. La explicación a esto se encuentra en la ausencia de leyes para limitar las subidas de precio, por lo que esto hace que las gasolineras puedan elevar sus precios libremente.
Puede que quizá dentro de unos meses se llegue a notar esta bajada de los precios de petróleo, pero de momento parece que te va a ser más rentable operar con petróleo en la bolsa que comprarlo en la gasolinera. C'est la vie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario